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sábado, diciembre 21, 2024

¿Llegar primero o saber llegar?

Hay múltiples historias y anécdotas que hablan y nos refieren que en la carrera, como en la vida, no siempre gana el más veloz, el que llega primero o el que se ensoberbece de su velocidad y capacidad. Desde la fábula de la Liebre y la Tortuga, donde el animal que naturalmente poseía más velocidad fue superado por el más lento, hasta los dichos y refranes que rezan sabiamente que en la vida hay que “ir despacio que llevo prisa” o la frase inmortal de José Alfredo Jiménez de aquel arriero que le enseñó “que no hay que llegar primero, pero hay que saber llegar”.

Hoy quiero hablarles de los beneficios que nos puede traer el trote lento, principalmente para corredores no tan principiantes, que siendo ya expertos en la pasión por correr, les conviene también  desacelerar el ritmo, disminuir su velocidad para que puedan ver las ventajas de las sesiones de correr muy lento, como complemento de sus trabajos de distancia más veloces y de fuerza.

Primero hay que diferenciar qué es correr rápido y qué es correr lento. La manera más sencilla de hacerlo es utilizando un reloj con monitor cardiaco, en este caso, al correr despacio deberás estar siempre en una zona 1 ó 2. Otra forma personalizada de medirlo es con una calculadora de pasos de entrenamiento que puedes encontrar en internet, o bien, realizándote un prueba de esfuerzo. El ritmo lento para alguien que corrió un maratón en 4:30 horas y su paso fue en promedio de 6:28 minutos por kilómetro, sería de 8 minutos el kilómetro.

Pero para que este tipo de entrenamientos te aporten todos sus beneficios es requisito que sean sesiones largas, de preferencia de más de una hora, y puede que resulten no solo aburridas y difíciles porque mentalmente son extenuantes, así que un compañero de carrera, una buena lista de música o un interesante podcast ayudará a que el entrenamiento sea más llevadero.

Dentro de los beneficios de correr lento, lo primero que debes saber es que a este paso la  zona aeróbica comienza a trabajar mucho antes de generar ácido láctico en los músculos, de este modo el organismo aprende a ser eficiente y a oxigenarse mejor. Tu respiración es más pausada y te va a ayudar a probar diferentes ritmos de respiración sin que vengan molestias como los llamados dolores de caballo, y a evitar lesiones, además de que al mismo tiempo puedes enfocarte en practicar correr con una buena técnica.

Otro beneficio es que tu cuerpo se acostumbra a estar en una zona donde las calorías vienen de la grasa en lugar de glucógeno. Esto ayuda a que en entrenamientos de intensidad alta tu organismo busque energía en las grasas. Si en tu plan para maratón incluyes fondos lentos, difícilmente te toparás con el “muro”, ya que tu cuerpo sabrá cómo quemar grasas para sacar energía cuando el glucógeno se agote. También el corazón mejorará su funcionamiento y resistencia y con el tiempo podrás correr mayor tiempo, a mayor velocidad.

Así que te recomiendo que comiences a integrar entrenamientos muy lentos a tus planes semanales. El objetivo de salir a correr no siempre debe ser el reloj o de qué tan rápido van los demás, se trata de que a veces es necesario correr lento para “saber llegar”.

POR ROSSANA AYALA
AYALA.ROSS@GMAIL.COM
@AYALAROSS1

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