Nunca una mujer había corrido un maratón en menos de dos horas y diez minutos. El domingo pasado, la keniata Ruth Chepngetich destrozó el récord del mundo en el maratón de Chicago al cruzar la meta con la descomunal marca 2h09:56. En las mismas calles, en el mismo escenario en el que Kelvin Kiptum –muerto en un accidente de auto en febrero– rompió en 2023 la marca masculina, quedando a sólo 36 segundos de cruzar la barrera de las dos horas.
La atleta keniata de 30 años le arrebató el récord femenino de maratón a la etíope Tigist Assefa, que el año pasado obtuvo en Berlín con un tiempo de 2h11:53. Chepngetich ganó oro mundial en Doha 2019 y el fin de semana logró su triple victoria en Chicago, ya había ganado en 2021 y 2022, mejoró su último triunfo en más de cuatro minutos (2h14:18 en 2022), pero lo que hizo el domingo es una hazaña en la historia del maratón femenino.
Chepngetich corrió con el apoyo de dos liebres a un ritmo nunca visto en un maratón: Un promedio de tres minutos por kilómetro, algo que todavía parecía inalcanzable en la categoría femenina. Pasó el kilómetro 10 en 30 minutos y 14 segundos. Muchos dudaban de que pudiera mantener ese nivel durante los 32 km restantes. Cuando la vieron cruzar el medio maratón carrera en 1h4:16, seguían sin tener la certeza de que lograría el récord.
La keniata cruzó la meta en 2h09:56.
“Estoy agradecida, me siento feliz, mi sueño se ha hecho realidad. Llevó mucho tiempo intentando y por fin lo he conseguido. Hoy mi plan era batir el récord, no sé si en un futuro conseguiré bajarlo a dos horas y ocho minutos. Quiero inspirar a las jóvenes a tener disciplina y quizás en un futuro habrá chicas que podrán soñar con batir mi récord”, expresó emocionada la nueva reina del maratón.
Nunca un récord mundial femenil ha estado tan cerca del masculino: entre la marca de Kiptum de 2h00:36 y la de Chepngetich hay solo 9 minutos y 21 segundos de diferencia. Desde la década de los 80, cuando la noruega Ingrid Kristiansen corrió en 2h21:06, y el portugués Carlos Lopes, en 2h7:02, la diferencia siempre se mantuvo entre los 11 y los 15 minutos. Jamás había estado por debajo de los 10.
Aquí valdría la pena analizar y cuestionar en qué medida a partir de la llegada del calzado con fibra de carbono, las espumas reactivas, y la evolución en la nutrición y la hidratación, ha influido en estos nuevos récords y si habría la necesidad de abrir una nueva clasificación en las pruebas de fondo que compile esta nuevas marcas.
Lo cierto es que Chicago, la ciudad de los vientos y de los récords, repitió este año el maratón más rápido de la historia, ahora con una gesta brutal femenina. Ruth Chepngetich, la atleta que no necesita entrenador y corre sola, no solo logró un triunfo, elevó los de las mujeres en los 42.195 kilómetros y acortó la distancia entre los cronometrajes femenil y varonil. Demostró que las mujeres somos cada vez más fuertes.
POR ROSSANA AYALA