El kilómetro 32 es conocido, en el mundo de los maratonistas, como El Muro. Se trata de una crisis metabólica a causa del agotamiento del glucógeno en los músculos. Sucede a veces con tanta violencia que, la expresión “chocar contra la pared”, da una idea de lo duro y difícil de superar ese momento, en el que algunos corredores abandonan la carrera, y otros con pura fuerza de voluntad y arriesgando su salud, logran terminarla.
Sobre El Muro se ha escrito y se ha dicho mucho, pero en la práctica, hay cosas que pueden considerarse un mito y, otras, son una realidad. Lo cierto es que, hay un punto durante el maratón, en el que algunos comienzan a sufrir: los músculos se endurecen, y las piernas pesan como troncos. La mente se invade de pensamientos negativos y otras partes del cuerpo, como articulaciones y estómago, se ven afectadas. Este sufrimiento dura hasta cruzar la meta. Pero hay otros corredores que no sienten ese calvario en el kilómetro 32, sino hasta el 36, o el 38… Y muchos otros, terminan la carrera sin ningún problema.
Personalmente, las veces que me he topado con El Muro, ha sido por una falla en mi estrategia, o por alguna circunstancia no prevista. Y es que antes de cruzar la línea de salida, cada corredor debe estar seguro para lo que está preparado, y qué ritmo es capaz de mantener y soportar. Un maratón es una prueba larga, que exige varias horas de esfuerzo, el cual debe ser administrado inteligentemente.
Sin embargo, entre los corredores amateurs, existen dos tipos de atletas: Los prudentes, los cautelosos que corren más con la cabeza, que con las piernas, y se concentran en conservar su energía todo momento, porque no quieren arriesgarse a terminar en malas condiciones físicas. Ellos acaban bien la prueba, aunque su tiempo al final se ve afectado.
Otros son más osados y temerarios, se mantienen durante horas al límite de sus capacidades y avanzan confiados en su ritmo, pues han entrenado para ello. Sin embargo, aunque el reloj les diga que van más rápido de lo planeado, y que arriesgan con ello su buen desempeño en la carrera, si se sienten bien seguirán así hasta que el cuerpo les diga lo contrario.
Si pudiera describir lo que significa El Muro en términos realistas, diría que no es otra cosa que el punto en el que el corredor llega a su límite físico y mental, con el riesgo de reventarse a sí mismo por ambición, por soberbia, una mala estrategia, y el desconocimiento de sus capacidades y limitaciones.
Algo muy distinto es cuando, a pesar de que el atleta cumple con sus tiempos previstos, y se apega a su plan o estrategia que diseñó, se topa con El Muro debido a circunstancias como las altas temperaturas, la altura, la irregularidad de terreno o, sencillamente, el cuerpo no respondió como se esperaba al esfuerzo.
Si vas a correr el próximo 27 de agosto el Maratón de la CDMX, lo que te recomiendo es que, cuando estés en la línea de salida, repases tu estrategia y te apegues lo más que puedas a los tiempos con los que entrenaste, de tal manera que tu desempeño sea el que esperas, y no caigas en la tentación de improvisar algo para lo que no entrenaste, porque, entonces, ya sea en el kilómetro 15, 20, 30 o 32 te toparás con El Muro, ese contra el que muchos corredores terminan estrellándose.
POR ROSSANA AYALA
AYALA.ROSS@GMAIL.COM
@AYALAROSS1