Para darnos una idea de lo rápido que se corre en estos tiempos sólo basta ver la reducción en los cronometrajes requeridos para calificar en la prueba de maratón para los Juegos Olímpicos de París 2024. En la rama varonil, por ejemplo, el tope máximo requerido es de 2:08:10; mientras que en Tokio 2020 fue de 2:11:30. Más de tres minutos de unos juegos a otro, en sólo cuatro años.
Existen muchas razones por las que los atletas podrían ser más rápidos. La ciencia del deporte, las tecnologías y la nutrición están evolucionando a la misma velocidad.
Son muchos los que lo atribuyen al uso del calzado con suela de fibra de carbono; a las liebres lumínicas o “wave lights”, que son unas luces led situadas al borde de la pista que señalan de forma continua el ritmo del récord que el atleta aspira a romper, o la incorporación de dispositivos biomédicos como los sensores de glucosa, que fue una de las innovaciones utilizadas por Eliud Kipchoge para entrenamientos y competencias.
Lo cierto es que estamos siendo testigos de lo que algunos llaman “la edad de oro” de la gente que corre, con récords en todas la distancias y corredores más rápidos que nunca, desde profesionales de élite, hasta deportistas amateurs, cronometrando tiempos que antes habrían sido imposibles.
Apenas el 25 de mayo pasado, la keniata Beatrice Chebet, de 24 años, se convirtió en la primera mujer en romper los 29 minutos en los 10 mil metros en pista, al cronometrar 28:54:14. Esta prueba ofreció el apoyo de tres “pacers” durante los primeros tres kilómetros y por “wave lights” a lo largo de toda la carrera.
En maratón femenil, la actual campeona olímpica y récord mundial en la modalidad “solo mujeres, la keniata Peres Jepchirchir y su rival más cercana la etíope, Tigst Assefa, quien posee el récord mundial femenil de la modalidad “Mixta”, son las favoritas para obtener el oro olímpico el próximo 11 de agosto en París.
Tal es la necesidad de correr más rápido que nunca que la World Athletics ha tenido algunos problemas para definir las reglas para el maratón en París 2024. En un principio anunció la participación de 80 atletas para cada rama, de los que 40 llegarían por cronometraje, tres por país, y el resto sería por ranking.
Sin embargo, la WA no calculó bien y la cifra de atletas que obtuvieron cronometraje fue mucho mayor que 40, dejando fuera a muchos por ranking. Aún no queda claro como la WA solucionará este problema, pues aún hay atletas que están compitiendo para clasificar y muchos están inconformes con las reglas.
Las expectativas alrededor de los Juegos Olímpicos París 2024 son muy altas. Seguramente seremos espectadores de duelos épicos por el oro en muchas disciplinas y se espera que esta edición sea un precedente y ejemplo para la organización de otras competencias deportivas.
Veremos a hombres y mujeres que no sólo intentarán pasar a la historia por un lugar en el podio, buscarán convertirse en los más rápidos y fuertes que jamás hayamos visto. Serán unos Juegos para recordar por años.
POR ROSSANA AYALA