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sábado, septiembre 7, 2024

Mente, corazón y alma

Los corredores con características diferentes en el Maratón CDMX nos reafirman que la verdadera discapacidad está en la mente de quien los menosprecia

Correr es más que un simple movimiento de piernas. Es más que fijar la vista en el camino. A veces para correr no hacen falta las piernas, ni los ojos, se puede correr a fuerza de brazadas; se puede avanzar en la oscuridad, incluso con pisadas de metal sobre el pavimento. Para correr, más que las extremidades, se necesitan mente, corazón y alma.

La prueba de ello son los alrededor de 800 corredores con características diferentes que participaron en el 35 Maratón CDMX. Los invidentes y débiles visuales que corrieron en perfecta sincronía con sus guías, mirando más allá de lo visible; los corredores que en silla de ruedas nos enseñaron que no hay limitación y que la velocidad también está en los brazos o los que, sin piernas, apoyados con sus muletas o prótesis, se impulsaron hasta casi volar.

Para Blake Leeper, atleta paralímpico estadounidense, la única discapacidad es la mala actitud. El nació sin piernas por un problema congénito, pero eso no le impidió lograr su sueño de ser récord mundial en 100 metros. Los doctores, que al nacer Blake, le dijeron a sus padres que no podría caminar, se equivocaron. Hoy no sólo corre, sino que es considerado uno de los hombres más veloces del planeta.

Como él, que es una inspiración para muchas personas en el mundo, en México tenemos historias de atletas a los que una limitación física no los ha detenido en perseguir sus sueños. Los mexicanos y ganadores en las categorías de silla de ruedas, Juan Valladares e Ivonne Reyes; y en invidentes, Francisco Javier Estrada y María Idalia Esquivel, demostraron, al cruzar la meta del maratón, que es posible lograr lo que te propones cuando trabajas duro y eliminas las excusas. En México, según cifras del 2014 del INEGI, 7.1 millones de habitantes sufren de alguna discapacidad. Casi la mitad, 47.3% son adultos mayores y 34.8% tienen entre 30 y 59 años de edad. La institución divide en cuatro, las causas que producen discapacidad: nacimiento, enfermedad, accidente y edad avanzada.

La inclusión de personas con características diferentes es una muestra de la evolución de las sociedades. Cuando cruzamos las barreras psicológicas y culturales nos encontramos frente a la riqueza de la diversidad humana y es entonces cuando nos preguntamos si existen personas con discapacidad o personas con características diferentes.

Y nos reafirman que la verdadera discapacidad está en la mente, en la ignorancia y el prejuicio de quienes los excluyen o insisten en menospreciar sus verdaderas capacidades.

Si todos esos mexicanos tuvieran la oportunidad de tener un empleo bien remunerado y de ser incluidos en el desarrollo productivo, ¿te imaginas todo lo que podrían dar y aportar al crecimiento del país?

Si corren como lo hicieron, con esa pasión, sin excusas y demostrando que no necesitan que los traten diferente, también pueden hacerlo igual en cualquier ámbito, laboral, académico y en la vida misma.

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