En los plagios que se realizaban en el Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias de la Cámara de Diputados, no sólo participaban algunos investigadores que copiaban textuales citas y párrafos de otros estudios académicos publicados en libros, revistas o sitios digitales, sino que también el director de ese Centro, Juan Carlos Cervantes Gómez, sabía del robo intelectual y además de validarlo, él mismo firmaba trabajos e investigaciones en las que se plagiaban contenidos de otros autores.
Es el caso del estudio titulado “Reflexiones en torno a la Investigación Parlamentaria: acercamientos a los métodos multi, inter y transdisciplinario”, que publicó en junio de 2019 la Cámara de Diputados y firmado por el director del CIDEP, Juan Carlos Cervantes y por Saúl Pérez Trinidad, en calidad de coordinadores. Ahí, aparece textual un párrafo tomado del libro Conducta antisocial: un enfoque sicológico, de Arturo Silva, de Editorial Pax. “El dominio ontológico fija las bases de la forma y la naturaleza de la realidad, es decir: qué tanto podemos conocer de ella. Delimitando este dominio, partimos de la premisa de que ese mundo real existe y que podemos conocer la realidad en que se manifiesta su ser. Así, al asumir la existencia de un mundo real, es posible conocer cómo son realmente las cosas y cual es la forma que adoptan para relacionarse”, dice el libro de Silva en su página 10. El mismo párrafo, letra por letra y palabra por palabra, aparece copiado en la página 155 del mencionado estudio del centro legislativo, al igual que otro párrafo también plagiado del mismo libro.
Más adelante, en la página 171 del estudio del CIDEP, aparece también en las páginas 170 y 171, un párrafo que, con algunas modificaciones de sintaxis, fue copiado del estudio “La Interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad en las ciencias: una mirada a la teoría biológico-informativa”, de Nuria Esther Pérez Matos y Emilio Setién Quesada, académicos e investigadores de Cuba: “La transdisciplinariedad es una concepción más reciente, que surge debido a la propia complejidad del mundo contemporáneo, que presenta una realidad que muestra cada vez más dificultad de explicación… De esta manera es el propio mundo y los fenómenos actuales, quienes necesitan una nueva forma de organización de pensamiento que reclama encontrar un nuevo paradigma capaz de interpretar la realidad actual. Esto nos lleva a la concepción transdisciplinaria”.
Del mismo estudio cubano, se fusilan también textual otro párrafo: “Como movimiento académico e intelectual, la transdisciplina se desarrolló significativamente durante los últimos 15 años, a pesar de que es un fenómeno que surgió como parte de los cuestionamietos filosóficos, teóricos y metodólogicos de la ciencia del siglo XX frente al positivismo. Como hemos reiterado lo transdisciplinario tiene como intención superar la fragmentación del conocimiento, más allá del enriquecimiento de las disciplinas con diferentes saberes, lo que da lugar a la multidisciplina; y más allá del intercambio epistemológico y de métodos científicos de los saberes”. Salvo la frase “como hemos reiterado”, todo lo demás fue plagiado del trabajo de los investigadores cubanos.
El colmo de la práctica plagiaria en el CEDIP, es que no sólo no cumplen con sus propios “Lineamientos y Criterios Editoriales” publicados en el año 2021 y firmados por los mismos Juan Carlos Cervantes Gómez, Saúl Pérez Trinidad y Diego Armando Mejía Velázquez, en los que se establece que “Como todos los productos que se pretenden científicos, la investigación que se produce en el CEDIP…se inserta en una estrategia académica e institucional para elevar la calidad de los diversos productos que emite este centro, porque sin duda la coherencia, la sistematicidad y el rigor científico son parte fundamental de las actividades de investigación que se realizan al interior de dicho centro”.
Y para reafirmar su “coherencia, sistematicidad y el rigor científico” que dicen procurar, hay al menos dos paginas de sus lineamientos y criterios editoriales, que textualmente fue plagiada de los “Lineamientos y criterios del Proceso Editorial” publicado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y firmado por Raúl Márquez Romero y Ricardo Hernández Montes de Oca. En el punto 13 de dichos lineamientos, cuando citan cómo deben referirse en los estudios del CIDEP a “Segundas y posteriores referencias a una obra”, copian literalmente el manual del IIJ-UNAM: “Deberán emplearse abreviaturas en latín, en cursivas, de acuerdo con los siguientes casos: –en el caso de que se cite por segunda o posterior ocasión una obra, deberá utilizarse ‘op.cit’; en el caso de que se citen dos o más obras de un mismo autor y se tenga que citar en repetidas ocasiones deberá utilizarse una parte del título de la obra seguido de puntos suspensivos “cit.”; en caso de que exista necesidad de referir la misma obra pero distinta página en la nota posterior inmediata, usaremos “ibidem”; en caso de que se trate de la misma obre e incluso la misma página, entonces usaremos el vocablo “idem” (sin más indicación)”. Las indicaciones son exactamente las mismas tomadas del manual universitario.
Y también copiaron textual el punto IV de los Lineamientos y Criterios Editoriales del CEDIP de los del documento del IIJ-UNAM, llamado “Abreviaturas para las notas a pue de página”, enumerando las abreviaturas en latín y en español que aceptan para su uso en el centro de estudios legislativos, y que son las mismas, y en el mismo orden, que las del documento universitario: cfr para confróntense, confrontar; comp., coords, para compilador, compiladores; ed., eds., para editor, editores; et al. para y otros; y finalmente in fine para “al final”.
Así el “rigor científico” que dicen tener en el Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarios de la Cámara de Diputados, un lugar en donde el plagio de algunos investigadores no sólo es practicado, sino que está institucionalizado, tolerado y aceptado por su director, Juan Carlos Cervantes Gómez, y por el secretario de Servicios Parlamentarios, Hugo Christian Rosas de León, de quien depende la operación de ese y los otros centros de investigación de la Cámara de Diputados mexicana.
NOTAS INDISCRETAS… La Secretaría General de la Cámara de Diputados nos hizo llegar la siguiente carta en respuesta a la columna que publicamos ayer. “A partir de que el Secretario de Servicios Parlamentarios, Hugo Rosas de León, tuvo conocimiento de actos de plagio cometidos por el investigador parlamentario Saúl Pérez Trinidad, éste último causó baja de la Cámara, con fecha 31 de diciembre de 2022. En el Centro de Estudios de Derecho e Investigaciones Parlamentarias (CEDIP) laboran 30 personas que se dedican a la investigación parlamentaria, 77% pertenecen al Servicio de Carrera (SC), lo cual implica que pasaron por un riguroso proceso de selección y cumplen con el perfil idóneo para dicha posición. El trabajo de los funcionarios que pertenecen al SC es evaluado anualmente, con el objetivo de mejorar su desempeño. Además, recientemente la Cámara adquirió un software (iThenticate) para detectar transcripciones mal citadas o sin referencia bibliográfica, en abril del presente año se brindó capacitación para su utilización a todos los investigadores parlamentarios. Por tanto, no es preciso señalar que la situación de plagio referida en el artículo de García Soto constituya una práctica generalizada, mucho menos un “modus operandi” de quienes laboran en el CEDIP. Cabe señalar que a la fecha no se ha presentado ninguna denuncia de plagio, de ser el caso, se procedería conforme a lo que marca la normatividad. Adicionalmente, se están reforzando las acciones de supervisión jerárquica y está en curso una auditoría interna destinada a mejorar los procedimientos del CEDIP y del resto de los centros de estudio, con el fin de fortalecer un área técnica indispensable que proporciona información objetiva e imparcial para la toma de decisiones de las y los diputados. Valga mencionar que todos los congresos y parlamentos en el mundo cuentan con este tipo de instituciones que apoyan los trabajos legislativos. Por otra parte, cabe aclarar que el Secretario de Servicios Parlamentarios, Hugo Rosas de León, no fue “promovido” por el Dip. Sergio Gutiérrez Luna, quien fungió como Presidente de la Mesa Directiva entre septiembre de 2021 y agosto de 2022, sino que fue nombrado por los órganos de gobierno de la Cámara de Diputados en octubre de 2018. La Secretaría de Servicios Parlamentarios es un órgano técnico, dedicado al apoyo institucional a todas y todos los legisladores y al conjunto de Grupos Parlamentarios, sin distingo alguno. Su labor se rige por el profesionalismo y por la imparcialidad hacia los partidos, en particular ahora que se han hecho rigurosos concursos de ingreso al Servicio de Carrera. Por ello, no es preciso aseverar que dicha Secretaría coloca en puestos directivos o de investigación, con fines partidistas, a “personas cercanas e incondicionales” o que “no cumplan con los perfiles”. Al margen del recientemente implementado Servicio de Carrera, buena parte de los funcionarios de dicha Secretaría laboran en la misma desde hace más de tres legislaturas, su trabajo es de tal forma objetivo e imparcial, que sus nombramientos trascienden mayorías. Aun así, gracias a la implementación del servicio de carrera, que estuvo suspendido desde el año 2000 y fue reactivado en 2019, se ha impulsado con firmeza romper con prácticas discrecionales en la designación del personal dedicado a la investigación, y se ha privilegiado contar con perfiles adecuados… Giran los dados, Escalera doble