En medio de su primer gran crisis como jefa de Gobierno, por la doble contingencia ambiental que afecta a la Ciudad de México, Claudia Sheimbaum recibió ayer un doble apoyo: por un lado, el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador, que la defendió de las críticas por la forma en que ha enfrentado la contingencia y le dio un “espaldarazo” político al exaltar sus habilidades como científica y experta en materia ambiental; y por otro lado, la llegada de las primeras lluvias de la temporada que anoche cayeron sobre la Ciudad de México y favorecieron la dispersión de contaminantes y partículas suspendidas.
“Es buena administradora pública, pero además su especialidad como profesional, como científica, es lo que tiene que ver con el medio ambiente. Cuando fui jefe de Gobierno de la ciudad ella fue la secretaria del Medio Ambiente. Y en aquel tiempo, no es para presumir ni para enojar a mis adversarios, pero en aquel tiempo cuando fui jefe de Gobierno sólo en un día hubo contingencia ambiental”, dijo el mandatario al invitar hoy a la Jefa de Gobierno a su conferencia matutina y analizar con ella la problemática ambiental.
En contraste con el abierto apoyo de López Obrador –que para algunos confirma su cercanía política y afectiva con Claudia Sheimbaun, pero para otros representa un retorno a los tiempos de la Regencia capitalina, cuando el presidente se asumía como el “jefe” político y administrativo de la capital del país– los que han brillado por su ausencia en esta crisis ambiental que no es sólo de la Ciudad sino del Valle de México y de su Zona Metropolitana, son los gobernadores de los estados que forman parte de la Megalópólis.
Ni Alfredo del Mazo, gobernador mexiquense, en cuyos municipios del oriente se han registrado las más altas cocentraciones de contaminantes, ni el mandatario de Puebla, Guillermo Pacheco, que también enfrenta una primera contingencia ambiental en la capital poblana, y mucho menos los gobernadores de Hidalgo, Omar Fayad, de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, y de Tlaxcala, Marco Antonio Mena, han salido a dar la cara o a asumir la parte que les corresponde en el agravamiento de las condiciones atmosféricas de la Megalopolis, en la que se asientan varios municipios y territorios pertenecientes a sus estados, y que también son parte de la problemática de emisiones contaminantes a la atmósfera.
Sheimbaum ha tenido que cargar sola con el costo social y político de una contingencia que ha causado molestia y preocupación en la población por sus efectos en la salud pública, y aunque reciba el apoyo político del presidente, tampoco las autoridades federales han hecho su tarea y la Comisión Ambiental Metropolitana (CAME), autoridad federal encargada de coordinar las políticas ambientales para la Megalópolis, tuvo que ser encabezada en esta emergencia ambiental por el subsecretario Arturo González Miranda, ante la ausencia de un titular que no había sido propuesto por la secretaria Josefa González Blanco, quien apenas ayer, en medio de la crisis anunció el envío de una terna al presidente López Obrador para que realice la designación. ¿Nadie le dijo a doña Josefina que este era un tema prioritario en la Semarnat que ella encabeza o habrá creído que los aluxes nos salvarían de una contingencia?
Veremos pues, con el espaldarazo presidencial y el apoyo del dios Tláloc y las primeras lluvias de la temporada, si Claudia Sheimbaum logra sortear esta primera crisis política y ambiental en el arranque de su administración. Las medidas implementadas, junto con las tormentas de anoche, podrían ayudar a dispersar las partículas PM2.5 y los altos niveles de ozono que hasta ayer se registraban, pero sin duda, hacia adelante la Jefa de Gobierno, que ya anunció junto con la CAME el establecimiento de nuevos protocolos para los distintos tipos de contingencia y una revisión y cambios al Programa Hoy No Circula, tendrá que demostrar que, efectivamente, su condición de científica, reconocida incluso por formar parte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climática, va a garantizar que la Ciudad de México mejore sus condiciones ambientales y disminuya su enorme cantidad de emisiones a la atmósfera. Mientras a ver si los gobernadores de la Megalópolis sacan la cabeza del agujero y dejan de hacer política de avestruz ante la problemática del Valle de México.
NOTAS INDISCRETAS…Tras los raspones y amenazas que el presidente le dio el fin de semana a sus empresas de telecomunicaciones y de construcción, Carlos Slim Helú, junto a su hijo, Carlos Slim Domit, presidente del Grupo Carso, estuvieron ayer en Palacio Nacional reunidos con López Obrador, como parte del grupo de empresarios y políticos que forman parte de la Fundación Círculo de Montevideo. Los invitados llegaron desde las dos de la tarde y después de una comida salieron por la tarde del evento. Sería interesante saber si, lo que dijo el sábado pasado en su gira por Nayarit, sobre que las empresas de Slim no llevan el internet a todos los municipios del país “porque no ven negocio” y que llevan 10 años de retraso para entregar la autopista de Jala-Puerto Vallarta, también se los dijo en persona el presidente al ingeniero y a su hijo…Los dados mandan Serpiente doble. Caída libre.