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viernes, julio 26, 2024

Cómo cuesta esta cuesta

En los tangos, igual que en la vida, subir una cuesta siempre es difícil y a veces hasta sinónimo de un esfuerzo casi sobrehumano. “Todo lo que ves y lo que no hay, hoy se me hace cuesta arriba”, reza un popular tango argentino que ejemplifica el dolor y el esfuerzo que se requieren para ascender desde abajo si se quiere llegar a la cúspide. Y los mexicanos sabemos algo de cuestas, desde las crisis sexenales, que nos tiraban una y otra vez y nos hacían levantarnos, hasta nuestra sufrida y anual cuesta de enero, en la que hoy estamos inmersos y empeñados en subirla lo más rápido posible.

También para el corredor, la cuesta es todo un reto. Hay quienes les huyen o de plano les dan la vuelta, pero cuando te ejercitas, ya sea en plan profesional o amateur, las cuestas o superficies empinadas pueden ser excelentes para ganar fuerza y velocidad.

Subir cuestas ayuda mucho al corredor porque fortalece los músculos y articulaciones utilizadas en la carrera como son los cuadriceps, isquiotibiales, glúteos, gemelos, tobillos, pies, rodillas y caderas. Ayudan a perfeccionar la técnica de carrera, ya que al desarrollar fuerza específica, mejora la zancada. En lo personal disfruto mucho el hacer cuestas y no es que sea masoquista, pero me son indispensables cuando entreno para un maratón.

Para hacer trabajo de cuestas sin riesgo de lesiones se necesita al menos un par de meses de preparación; gimnasio de preferencia, haber realizado una distancia mínima de cinco kilómetros y hacer series. Alguien que apenas comienza podría incluir cuestas en su entrenamiento una vez por semana.

Lo ideal es elegir un terreno con cierta inclinación. Hay que subir impulsando bien con la parte delantera del pie, sin apoyar los talones. Bracear al subir y apoyarse en los brazos acortando la zancada. La recuperación se hace bajando a trote suave, tratando de no echar el cuerpo hacia atrás, inclinándose un poco hacia adelante aprovechando la fuerza de la gravedad, con zancadas cortas y rápidas y ayudándose de los brazos para equilibrar.

Al subir y bajar cuesta se trabaja también la combinación de esfuerzo aeróbico y anaeróbico: la subida es principalmente anaeróbica y la bajada aeróbica, de esta manera se realiza un trabajo mixto desarrollando las dos vías metabólicas. El objetivo final es ganar fuerza y velocidad. xzPor eso, la próxima vez que vayas a correr en exterior o incluso si estás en la caminadora, no le saques la vuelta a las cuestas. Prueba primero con una inclinación ligera y cuando ya te sientas preparado enfrenta una más empinada. Cuando llegues al final, con todo el esfuerzo que representa, sentirás no sólo la fuerza en tus piernas sino la sensación de logro; porque en el la vida como en la carrera y por qué no, hasta en los tangos, subir cuesta arriba y vencer los obstáculos, siempre nos hará más fuertes y resistentes.

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