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sábado, julio 27, 2024

Correr libres

Hay libertades enormes y libertades pequeñas, libertades personales y libertades que pertenecen a comunidades o a países enteros. Existen muchos ejemplos de corredores que, con un par de piernas ágiles y fuertes ideales, lograron convertirse en los héroes de naciones necesitadas de salvación: Jesse Owens, Nelson Mandela y Emil Zátopek, por mencionar algunos de los más grandes, fueron ejemplos de que también se corre por una idea, para demostrar valor y para corregir los errores de los demás.

En los Juegos Olímpicos de 1936, en plena Alemania nazi y frente a Hitler, Owens enfrentó y derrotó con la fuerza de sus piernas, al mismo tiempo, al racismo estadounidense y al concepto de superioridad de la raza aria. Hitler esperaba que los atletas alemanes ganaran todas las competencias y fueran los héroes de los Juegos, pues así demostraría la superioridad de su raza; pero no pasó así, Owens, el nieto de un esclavo negro, orgulloso afroamericano, ganó todo lo que se podía ganar (100 metros; 200 metros; salto de longitud; carreras de relevos 4×100 metros) dándole a los suyos un mensaje de fuerza y una bocanada de libertad.

Emil Zátopek, la locomotora humana, y de quien ya hemos hablado, se reveló ante el Partido Comunista checoslovaco por la decisión de no dejar participar en los juegos olímpicos de Helsinki en 1952, a atletas sospechosos de anticomunistas. Zátopek logró que los dirigentes del partido dieran marcha atrás, pero este enfrentamiento con el poder le costó caro: en 1968 fue forzado a trabajar en una mina de Uranio. Su delito fue firmar el Manifiesto de las 2 mil palabras que pedía mayor libertad para Checos-lovaquia. Sólo tras la caída del bloque soviético, a finales de los 80, se le restituyó su honor, antes de su muerte en el año 2000, a los 78 años.

Y no puede faltar Nelson Mandela. El mundo celebró los resultados de las elecciones presidenciales sudafricanas de 1994: Mandela era elegido por más del 60% de los votantes de la República de Sudáfrica y sería la primera persona negra en liderar su país. Su idea era subsanar la opresión del apartheid que sufrieron los negros sudafricanos.

Correr me enseñó lecciones muy valiosas, dijo Mandela Fue un atleta, corredor de fondo y campeón de boxeo. Ingresó a la cárcel a los 44 años y salió a los 72. En su celda de la isla Robben, que recorría en tres pasos, todos los días corría sin moverse de su lugar hasta 10 kilómetros y de las grandes lecciones que aprendió fue que lo más difícil no es cambiar a la sociedad, si no cambiarse uno mismo.

Pero no es necesario ser un personaje histórico o ser encarcelado para perseguir la idea de libertad que sólo correr ofrece; se corre también para liberarse de condicionamientos y limitaciones que nos impiden lograr algo por nosotros mismos, más allá de los barrotes reales.

Al final de la carrera no cuenta la meta o el resultado, cuenta la libertad.

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