A 15 días de haberse corrido la edición XL Maratón de la CDMX, el Instituto del Deporte de la Ciudad de México y el Comité organizador del Maratón, por fin dieron a conocer las cifras oficiales del número de corredores inscritos, de quienes recogieron su kit, de las llegadas a la meta, y de quienes completaron la ruta, aunque su informe deja algunas dudas.
Según el comunicado oficial, se “inscribieron 28 mil 410 corredores, de los cuales 25 mil 517 recogieron su kit y solo 21 mil 504 tomaron la salida hacia la meta, de los cuales calificaron 19 mil 697 como finalistas de ruta íntegra”. Si hacemos cuentas con estas cifras, resulta que 2 mil 893 corredores no recogieron su kit; mil 807 salieron, cruzaron la meta y recibieron medalla sin haber completado la ruta y 6 mil 996 inscritos no se presentaron.
El informe no menciona cuántos corredores de los mil 807 serán descalificados. Esta cifra, que es resultado de la resta de quienes tomaron la salida (21 mil 504) y los que terminaron (19 mil 697), tampoco toma en cuenta a los corredores que se metieron kilómetros adelante de la salida y cruzaron la meta. Es necesario que los organizadores sean más claros, específicos y transparentes en el manejo de estas cifras… bueno, si es que pueden hacerlo.
El comunicado habla también de que el fin de semana del 26 y 27 de agosto, la Ciudad de México experimentó una derrama económica de 190 millones de pesos, como resultado del Maratón. ¿No habrá contribuido a esa derrama, que ese mismo fin de semana, se llevaron a cabo los conciertos de la cantante estadounidense Taylor Swift, que atrajo a miles de fans de toda la república, centro y hasta Sudamérica? ¿Cómo es que pudieron hacer ese cálculo?
Lo cierto es que hemos visto mucho desorden en el manejo de las cifras, no solo por parte de la organización, también por redes sociales; lo que ha provocado que la imagen de este evento deportivo y de los corredores mexicanos se vea afectada y puesto en duda en nuestro país y hasta en el extranjero. Nuestro Maratón merece que el Gobierno se meta de lleno a erradicar el problema de la “veracidad” de sus resultados haciendo cambios en la organización, mejorando la toma de tiempos, y endureciendo las reglas y castigos para quienes hagan trampa.
Correr y terminar un maratón es una gran hazaña, y la medalla de finalista tiene un gran valor para quien se la gana de verdad. No devaluemos el valor de nuestras medallas haciendo trampa. Cruzar la línea de meta de una maratón es una de las sensaciones más intensas en la vida de un corredor. Sobre todo la primera vez. Entonces, autoridades y corredores por favor cuidemos y mantengamos la buena imagen de nuestro Maratón CDMX y de nuestros atletas. Cualquier esfuerzo vale la pena.
POR ROSSANA AYALA
AYALA.ROSS@GMAIL.COM
@AYALAROSS1