En algún momento futuro, cuando recordemos estos tiempos duros de confinamiento, seguro sí nos acordaremos de los momentos de angustia, de tensión y encierro y, desafortunadamente para muchos, del enorme dolor que es perder a un ser querido, pero también habrá recuerdos positivos, espacios de alegría y enseñanzas, muchos aprendizajes. Y en los momentos cotidianos, inevitablemente estarán en nuestras memorias quienes hayan sido nuestros compañeros de cuarentena: familia, amigos, mascotas, vecinos; todos aquellos que en algún momento estuvieron en nuestro viaje, ya sea de manera presencial o remota.
Porque en estos tiempos de un virus que nos ha enseñado a revalorar el sentido de “lo esencial”, seguro la mayoría pensará primero en su familia, esa manada cercana que camina con nosotros, a veces cerca, a veces lejos, a veces en la intimidad de un espacio pequeño, en ese mundo propio y entrañable que llamamos “hogar”.
Luego también hay otros compañeros que, aunque no son de tu manada, se vuelven contigo caminantes en el mismo viaje. Yo he tenido en estos meses de cuarentena varios amigos virtuales y remotos, pero no por ello menos cercanos y entrañables. Mis conductores de programas de radio sobre running y atletismo, y entrenadores a los que veo, leo y oigo a través de redes y podcasts que me conectan con ellos; lo mismo en Buenos Aires que en Madrid. Parte de mi rutina, y de sentirme cerca de mi pasión por correr, aún en el encierro, han sido los periodistas argentinos Lucho Mayorga, mejor conocido como Lucho Runner y sus Locos por Correr; Leonardo Mourglia y el brasileño Sergio Rocha. Atletas como Chema Martínez, Germán Silva, y entrenadores como Luis Migueles y Will Vargas, que con sus rutinas en casa son hoy también mis compañeros de cuarentena.
Y como también estos días son de altibajos, pero también de trabajo intenso en la casa, he explorado una nueva pasión que tenía algo abandonada: la cocina. Y ahí he tenido otra amiga remota que me guía y se ha vuelto mi compañera y gurú en una misión que parecía imposible, pero que me ha permitido sorprenderme a mí misma y sorprender a los que más amo: encontrar mi sazón en la vida. Ahí mi querida Janette, con su Jauja Cocina Mexicana, a quien conocí a través de su canal de YouTube, ha sido toda una sensei.
También compañeros que a final de cuentas te relajan y desconectan un poco de la dura realidad, han sido mis libros de autores favoritos, y otros que he descubierto, así como algunas series de televisión y documentales. Y de los que he podido ver en estos días de cuarentena, hay uno llamado “Home Made”, que recoge las vivencias y experiencias de diversos cineastas, experimentados y jóvenes, alrededor del mundo, sobre el significado de estar en cuarentena.
No vivimos en un mundo feliz, y la desigualdad y la posibilidad de la muerte se presenta para todos de una manera cruel y más clara que nunca. Al final, cuando todo esto pase, y sabemos que algún día pasará, lo que nos quedará será la memoria del tiempo que era antes, de lo que perdimos, y de todo lo que aprendimos al lado de nuestros compañeros de cuarentena.