Desde Atenas 2004, todas las maratones olímpicas se han celebrado en agosto. La experiencia de correr bajo el calor del verano es un factor que determina el rendimiento de los atletas y favorece el dominio de quienes tienen mayor tolerancia a las altas temperaturas. Por eso, por principio, y debido al factor clima, una maratón olímpica no se corre para romper algún récord, porque es muy arriesgado sucumbir ante el calor y perder el objetivo principal que es ganar una medalla.
Según estadísticas, la mejor y más óptima temperatura para correr una maratón y lograr una buena marca es alrededor de los 10 grados centígrados; a medida que sube la temperatura de arranque, el desempeño de los atletas se ve afectado: por cada tres a cuatro grados que aumenta la temperatura inicial, el rendimiento de los corredores baja en uno por ciento en su cronometraje final.
Para la maratón olímpica de Tokio 2020, que se llevará a cabo en Sapporo, se espera que la temperatura de arranque sea de 24 grados centígrados, con una humedad relativa de 86 por ciento y con el cielo completamente despejado. Estas circunstancias, y con el sol a todo lo que da, hará que las condiciones para correrla seguramente sean muy difíciles, por lo que los atletas tendrán que ser cautelosos y no deberán arriesgarse a correr rápido desde el principio. La buena noticia es que el uso de la tecnología del calzado de fibra de carbono puede compensar la velocidad perdida por el calor.
¿Qué podemos esperar de esta maratón olímpica? Primero que, a falta de liebres, la táctica de carrera de la mayoría de corredores, 105 en total, gire en torno a Eliud Kipchoge y que el keniata, con la experiencia obtenida en los Juegos de Río, en donde ganó medalla de oro en condiciones también de intenso calor, corra inteligentemente con un cierre en parciales negativos, a partir del kilómetro 35.
Si Kipchoge ganara el oro en Tokio haría historia, pues sería el tercer maratonista en obtener dos medallas de oro consecutivas. El primero en lograr dicha hazaña fue el etíope Abebe Bikila, que obtuvo la medalla de oro en Roma 1960 y Tokio 1964, y Waldemar Cierpinski (Alemania Oriental), que terminó primero en Montreal 1976 y Moscú 1980.
Aunque Kipchoge es el competidor natural para ganar, varios atletas pueden dar la sorpresa o un gran susto al keniata, como el etiope Shura Kitata, quien es otro de los corredores que se han forjado en el asfalto; a sus 25 años edad, logró vencer a Kipchoge en el maratón de Londres. De las 13 maratones que ha corrido, en 12 se ha ubicado dentro de los 10 primeros lugares.
Probablemente también veremos en la disputa por el oro a Amos Kipruto, de Kenia; su tiempo de 2:03:30 es la segunda mejor marca de todos los corredores que participan y, a sus 28 años de edad buscará su primera medalla olímpica.
Sin olvidar al etiope Sisay Lemma, quien terminó tercero en el Maratón de Berlín de 2019, mejorando su marca personal a 2:03:36. En 2020 obtuvo tercer lugar en la Maratón de Tokio, con 2:04:51, y también tercero en Londres, con un tiempo de 2:05:45.
Tampoco hay que perder de vista al sudafricano Stephen Mokoka, uno de los corredores con mayor trayectoria deportiva en la maratón, pues ha corrido 18, de los cuales en 14 ha quedado en los primeros lugares; fue quinto lugar en Doha, lo que habla de que tiene buena resistencia al calor, lo cual puede ayudarle en Sapporo.
Así, en esta maratón olímpica de Tokio 2020, el triunfo será no sólo del corredor más veloz, más jóven, o de quien pueda mantener el paso de Kipchoge, será del que corra más inteligentemente, con la mejor táctica y, sobre todo, de quien tenga mayor resistencia al calor.
POR ROSSANA AYALA
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