Más que sorpresa, la renuncia de Arturo Zaldívar a su ministerio en la Suprema Corte provocó indignación y rechazo entre los críticos y detractores del ex presidente del Poder Judicial y también en la comunidad jurídica donde no cayó nada bien el destape del ministro que terminó por salir del clóset y confesar públicamente las simpatías que siempre tuvo hacia el proyecto político de López Obrador.
Porque el de Zaldívar no fue para nada un salto al vacío y su inédita dimisión para no terminar su encargo como ministro, alegando supuestas “causas graves”, fue en realidad parte de una jugada política muy bien planeada, compartida previamente con el presidente y con Claudia Sheinbaum, y diseñada en reuniones de estrategia en las oficinas de la virtual candidata de Morena, en donde grabaron con toda calma y desde el pasado lunes, el video que después compartiría en sus redes sociales la doctora para anunciar, con bombo y platillo, el fichaje del ministro maraquero de la 4T a su campaña.
Es decir, que más que un acto espontáneo y de honestidad política e intelectual, la renuncia de Zaldívar se planeó como un “golpe de efecto” para la apagada campaña de Sheinbaum, aunque en realidad el efecto no parece haber sido del todo positivo, ni para la virtual candidata presidencial, ni para el aún ministro. El propio presidente López Obrador no disimuló para nada su conocimiento previo del asunto, al aceptar en fast track la decisión del ex titular de la Corte, y hasta anunciar que ya tenía decidida la terna de mujeres que enviaría al Senado en busca de que aprueben la renuncia y designen a una nueva ministra que terminará el año que ya no quiso seguir el jurista chapulín.
Y es que todo estaba ya tan hablado y tan planeado entre Zaldívar y sus amigos de la 4T, que en del cuartel de campaña de Claudia nos dicen que el polémico ministro se incorpora ya con tareas específicas y encargos de la candidata. El primer encargo para él es preparar el llamado “Plan C” que trazó López Obrador para cambiar completamente la actual composición de la Suprema Corte y que Sheinbaum se ha comprometido a concretar si llega a la Presidencia.
Zaldívar diseñará la reforma constitucional para el cambio del próximo Poder Judicial, que incluiría la elección de ministros en votaciones abiertas a los ciudadanos. Claro que eso requeriría que Morena y Sheinbaum ganaran mayoría calificada en el Congreso de la Unión, en las elecciones federales de 2024, además de alcanzar también mayorías también en 17 Congresos estatales durante los comicios locales del próximo año.
En caso de que Morena no pudiera ganar la mayoría absoluta que pretenden para la próxima legislatura federal, Zaldívar prepararía entonces el Plan “B”, que sería cómo ir renovando a los nuevos ministros que entrarán en funciones en 2024, el caso de Luis María Aguilar y del mismo ministerio al que él renunció y al que terminaría el próximo año. Con la propuesta de dos nuevos ministros en 2024, que ya recaería en la próxima Presidencia de la República, se buscaría que la 4T garantizara tener el voto incondicional de al menos de 4 ministros para poder así evitar que se declaren inconstitucionales iniciativas y reformas que propusiera un eventual gobierno de Morena.
Según los acuerdos que hizo con Sheinbaum y con López Obrador, si Morena gana la elección presidencial, Zaldívar sería nombrado Consejero Jurídico de la Presidencia, un cargo que no le impide ocupar la prohibición expresa del artículo 101 constitucional, y desde la Consejería Jurídica operaría todos los temas jurídicos y la relación con el Poder Judicial y el Legislativo para las reformas legales y constitucionales, y ahí esperaría el tiempo adecuado para poder moverse a otro cargo de gabinete o de gobierno, una vez que se cumplan los dos años que le marca la Constitución.
Uno de los escenarios que más quiere Arturo Zaldívar es convertirse en titular de la Fiscalía General de la República, ya sea cuando concluya la gestión del actual fiscal, Alejandro Gertz Manero, en el año 2028 o incluso antes si por razón de salud o de su edad Gertz decide dejar antes su encargo. Pasado el plazo constitucional, el jurista no tendría impedimento para llegar la Fiscalía, donde además le cuidaría las espaldas a su amigo Gertz Manero.
Así que, ni improvisaciones ni ocurrencias y mucho menos ataques de honestidad política. Lo que hizo el ministro fue un movimiento político pragmático y calculado, con lo que comprueba que desde que se dejó seducir por el carisma y el discurso demagógico de López Obrador, lo cual ocurrió desde antes que comenzara este gobierno, Zaldívar Lelo de Larrea dejo de ser un jurista serio, para convertirse en un converso militante de la 4T.
NOTAS INDISCRETAS…Llego la hora de las definiciones en Morena. Tras el fallo de ayer del Tribunal Electoral que validó el dictamen del INE y ordenó que los partidos políticos postulen a 5 candidatas mujeres y cuatro hombres para los nueve estados que renovarán gubernatura el próximo año, el partido oficialista tendrá que decidir a cuáles de sus candidatos hombres sacrifica. Y de lo que decida, habrá movimientos en entidades como la CDMX, Puebla, Yucatán o Chiapas, en donde deberán definir si postulan a hombre o mujer para la candidatura. Y aunque en cada estado hay dinámicas distintas y amenazas de ruptura de parte de los hombres que podrían ser “sacrificados” por la dirigencia nacional de Morena, el caso que más llama la atención y genera expectación sigue siendo la Ciudad de México, donde la definición de si es Omar García Harfuch o Clara Brugada traerá repercusiones y definiciones mucho más profundas para el movimiento lopezobradorista. En caso de que sea García Harfuch el elegido, entonces le tocará sacrificio a Alejandro Armenta en Puebla o a Eduardo Ramírez en Chiapas e incluso al Huacho Díaz Mena en Yucatán y ahí veremos si hay fracturas, rebeliones o de plano candidatos que se van con otros partidos. Pero si a Omar lo bajan y Clara es la candidata, entonces se hablará de la derrota de Claudia Sheinbaum ante la nomenclatura y los puros de Morena; pero también de que a la virtual candidata presidencial le dieron el bastón, pero no el mando, porque ese sigue, en términos reales, en manos del presidente López Obrador. Y entonces sí, podríamos hablar de que se repite aquello que decían en la efímera Presidencia de Pascual Ortíz Rubio allá por 1930: “Las decisiones importantes las anuncia el presidente, pero las toma el que vive enfrente”, en alusión al maximato que ejercía el ex presidente Plutarco Elías Calles. Sólo que, de convertirse Sheinbaum en la próxima presidenta, el dicho cambiaría un poco: “Las decisiones importantes las anuncia la presidenta, pero las toma el que vive en La Chingada”….Y hablando de chingadas y chingadazos, Xóchitl Gálvez se registró ayer oficialmente como precandidata a la Presidencia de la República por el PAN y hoy lo hará por el PRI y el PRD, para estar en condiciones de registrar ya en los próximos días su precandidatura y poder comenzar, a partir del 20 de noviembre, como lo marca la ley, la precampaña oficial por la elección presidencial. Y tan echada para adelante como se le ha conocido, ayer la candidata frentista dijo que la verán crecer y sorprender una vez que empiece su precampaña y que no le preocupa arrancar abajo en las encuestas. “Yo siempre arranco abajo y ya en campaña los alcanzo. No traigo los millones de pesos de dinero mal habido que trae Claudia Sheinbaum, pero ella no emociona ni con todo el dinero del mundo, así que la voy a alcanzar y le voy a ganar”, dijo ayer Xóchitl Gálvez, quien dará a conocer antes del 20 de noviembre a su equipo completo de campaña. Veremos si a chingadazos, a falta de los millonarios recursos que dilapidan Morena y su candidata, la frentista logra su cometido…Los dados mandan otra Serpiente. Caída libre.