La imagen de la Maratón de Shanghái, del pasado domingo, con más de nueve mil corredores participando, la mayoría de ellos con cubrebocas, representa sin duda una suerte de luz al final del túnel para el atletismo en el mundo. Y es que desde que comenzó la pandemia a finales de 2019, justamente en esa región del planeta, no había vuelto a verse una carrera importante en la que participaran de manera presencial los corredores amateurs, como lo hicieron en la ciudad china.
Si China fue el origen del virus que nos ha puesto de cabeza, y que nos robó a lo largo de este año nuestra tranquilidad, salud y hasta más de 1.5 millones de vidas en el mundo, la misma potencia oriental hoy le dice al mundo que sí hay vida después del Covid, y que con las medidas adecuadas por parte de los gobiernos, y con la cooperación consciente y participativa de la ciudadanía, se puede controlar esta pandemia y retomar poco a poco actividades multitudinarias como las carreras.
El protocolo sanitario implementado por los organizadores consistió en que los corredores fueran sólo residentes de China, una prueba de coronavirus siete días antes de la carrera y el uso obligatorio de cubrebocas antes y después del evento. En la salida, mediante un sistema de reconocimiento facial, se comprobó la identidad, la temperatura y el código de salud de todos los participantes.
Mientras que la salida se distribuyó en tres oleadas de tres mil corredores en una zona de 15 mil metros cuadrados para mantener distancias, y se cambió la ruta para terminar en el West Bund Art Center, junto al río Huangpu; en lugar de hacerlo, como otros años, en el estadio de la capital.
Sin embargo, para los organizadores de los seis Maratones Majors (Boston, Berlín, Chicago, Nueva York, Londres y Tokio), la decisión es clara y firme: mientras no exista una vacuna, las carreras masivas no se llevarán a cabo: incluso, todas se correrán en el segundo semestre de 2021, dentro de un plazo de dos meses, lo que hará un cuello de botella, si es que para esas fechas, es posible la participación de corredores amateurs.
Aunque la Maratón de Shanghai representa una luz al final del túnel, y la esperanza de que no falte tanto para el regreso a las carreras presenciales, la realidad es que ante el aumento de casos, muertes y rebrotes, todavía pasarán muchos meses para que volvamos a cruzar una meta como lo hacíamos antes.
Por ahora, en este lado del planeta sólo nos queda cuidarnos, ser prudentes y participar en carreras virtuales.