En esta Era de información, redes sociales y selfies, la fama se ha convertido en una obsesión para los seres humanos. Todos soñamos con nuestros cinco minutos de fama, ya sea por una foto viral, por un video chistoso o por un baile en Tiktok. Es una fama efímera, que así como llega, se esfuma, y apenas unos cuantos, que saben aprovechar un momento de viralidad, logran sacarle partido o monetizar el instante de gloria.
Y como en este mundo virtual todo corre a gran velocidad, todo es vértigo, la ambición de la fama llega también a las carreras. Este domingo en el Maratón de Londres, uno de los seis majors en el mundo, un joven corredor amateur, que se preparó para correrlo, no buscó necesariamente ganarlo, ni siquiera hacer su mejor tiempo. Richard Lee Wright, destacado corredor alemán, decidió que él iba a liderar la carrera londinense e iba estar en la punta para que el mundo lo viera, aunque solo fuera por un par de minutos.
Y así empezó la carrera, pero antes dio aviso a todos sus amigos para que prestaran atención al arranque del Maratón; se colocó en la primer línea de salida y decidió hacer su mejor sprint para encabezar la prueba en la que también corría nada más y nada menos que el mismo Kenenisa Bekele.
Richard Lee Wright tomó la delantera en los primeros 20 segundos de carrera y así aguantó en la punta casi un kilómetro, para acabar apartándose tras comprobar que molestaba a las liebres oficiales del maratón. Según los resultados, el alemán cruzó la meta en 3:23:08 Unos metros más atrás, otro corredor amateur, llamado Tomothy Swinn, intentó hacer lo mismo, pero sin llegar a alcanzar la punta de la carrera, aguantó algunos metros en el grupo líder saludando a las cámaras y sintiéndose elite por unos segundos.