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jueves, diciembre 26, 2024

¿Quién cuida al Presidente?

A partir del pasado fin de semana, con el inicio de su gira “de agradecimiento” por todo el país, entró en funciones el grupo de Ayudantía de Andrés Manuel López Obrador, que será el nuevo organismo que se encargue de velar por la seguridad presidencial. 20 integrantes, entre hombres y mujeres profesionistas, ninguno de ellos con origen militar, que según se afirma en la oficina del mandatario electo “fueron capacitados con seriedad y en técnicas de vigilancia, seguridad personal, logística y hasta terrorismo”, serán los responsables de cuidar al futuro presidente en sus actividades y han comenzado ya a operar en sus recientes visitas a los estados de Nayarit, Sinaloa y Baja California Sur.

Se trata de un grupo encabezado por el restaurantero Daniel Asaf, de origen libanés, quien estudio Relaciones Públicas en la Universidad Iberoamericana y que entre su actividad política fue candidato de Morena a la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México, además de haber participado en un movimiento en contra de la modificación de la NOM mexicana sobre los destilados de Maguey. Asaf es jefe visible de los “ayudantes”, mujeres y hombres bajo la coordinación del Jefe de Giras y Logística de la Presidencia, David León Romero, ex secretario particular del gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, y que a su vez reportan a César Yáñez, designado Coordinador General de Política y Gobierno de la Presidencia.

Los 20 integrantes de la “Ayudantía” recibieron “cursos de capacitación intensos” en los últimos meses –aunque no especifican qué organización o institución les dio esos cursos— y sustituirán a más de 2 mil guardias del Estado Mayor Presidencial en la vigilancia y seguridad del presidente de la República, que por instrucciones del nuevo gobierno serán reintegrados al Ejército mexicano a partir del 1 de diciembre. En las recientes giras por los estados, los nuevos guardias presidenciales que cuidan a López Obrador no portan armas y sus operativos de vigilancia son mucho más abiertos y discretos de los del EMP.

En los estados donde ya acompañan al presidente electo, la actuación de los ayudantes también consiste en llegar antes a las entidades a supervisar y autorizar los lugares que visitara el mandatario con peticiones específicas sobre cómo deben conducirse invitados como los gobernadores, a los que piden eliminar la presencia de sus cuerpos de seguridad. “No queremos guardias del gobernador en las cercanías de los eventos”, instruyen de la Ayudantía de López Obrador, donde garantizan que ellos cuidan del jefe del Ejecutivo y también de los gobernadores.

A los mandatarios estatales se les prohíbe ir a recibir al presidente al aeropuerto y se les indica un punto específico, en una calle o avenida, donde deben esperarlo y encontrarse con él, y en caso de reuniones en edificios, los ayudantes presidenciales piden medidas de seguridad como vaciar completamente los estacionamientos. En traslados por carretera en zonas con violencia o inseguridad piden apoyo de camionetas blindadas, pero la instrucción es que unas cuadras antes de llegar a un evento se tenga listo un auto compacto para que el presidente se baje de la camioneta blindada y aborde el auto pequeño para que la gente lo vea llegar en el vehículo austero.

No hay más información de los nuevos protocolos que aplicará la Ayudantía del Presidente ni cómo cubrirán necesidades de seguridad de otras áreas del gobierno con sólo 20 integrantes, cuando el propio López Obrador ha dicho, por ejemplo, que sólo los secretarios que ocupen cargos relacionados con seguridad contarán con escolta. También es un misterio como cuidarán de invitados o visitantes especiales al país, como jefes de Estado o de Gobierno, que vengan a reunirse con el presidente mexicano y cuya seguridad debe garantizarla el Estado anfitrión.

Veremos como funciona el nuevo cuerpo de guardias presidenciales en un formato de mucha más austeridad y discreción y si se amplia su número de integrantes y sus equipamientos. Porque al final, llámese EMP o Ayudantía, el nombre no importa tanto como la seguridad vital del presidente de la República, cuya integridad y cuidado, son asunto de seguridad nacional para el país.

NOTAS INDISCRETAS…A propósito de la seguridad presidencial, cuentan que en una de sus reuniones con López Obrador, el general secretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, le recomendó al presidente electo que sí iba a vender el avión presidencial estaba bien, pero que en su lugar se quedara con el avión Bombardier Challenger 605 adquirido en 2014 por la Sedena en 27.5 millones de pesos para uso del titular de la Defensa. “Quédese con ese avión y utilícelo, es muy seguro y lo va a necesitar”, recomendó el general como un tema de seguridad del presidente. “No, gracias, no viajaré en avión oficial, sino en vuelos comerciales”, respondió el presidente electo…Tras el escándalo en medios y redes sociales, el secretario de Gobierno de Chiapas, Mario Carlos Culebro, decidió “renunciar” a la pensión con vejez que le había aprobado el Congreso local a los 59 años de edad. No se sabe bien si la renuncia fue voluntaria o si a don Mario le dijeron que no se pasara de Culebro. El caso es que el episodio de la pensión anticipada recordó a los chiapanecos aquel generoso bono de retiro por 104 millones de pesos que el ex gobernador Pablo Salazar autorizó a sus funcionarios cercanos como despedida de su sexenio marcado por la corrupción…Los dados mandan Serpiente doble. Caída libre.

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