Mientras que en buena parte del mundo el reconocimiento de la paridad de género y los derechos de las mujeres avanzan, a distintos ritmos y expresiones, también hay países en los que las limitantes y obstáculos para su participación en la vida cotidiana aún son demasiados, por no hablar de la pública que les está totalmente vedada. Por ejemplo, algo tan natural como correr en la calle está prohibido o es mal visto para ellas en países islámicos.
Por eso, la historia de un grupo mixto en Arabia Saudí, en el que de manera inusual hombres y mujeres salen juntos a correr en la ciudad de Jeddah, ha llamado tanto la atención, que incluso mereció un reportaje de la BBC. Desde 2013, un grupo de mujeres árabes, alentadas por Nesreen Ghoneim, decidieron reivindicar su derecho a correr en la calle y, como al hacerlo solas se exponían a las miradas reprobatorias o incluso a ser molestadas, se sumaron a un grupo de hombres corredores conformando así un grupo mixto que, desde entonces desafia a una sociedad que restringe a las mujeres en la vida pública.
Aunque en el deporte se empiezan a abrir oportunidades para las mujeres de Arabia Saudí, ellas aún tienen que correr con su hiyab, túnicas que les cubren la mayor parte del cuerpo, mientras los hombres sí pueden usar shorts y ropa deportiva. Aún así, las mujeres del Jeddah Running Community se expresan felices de poder practicar un deporte que les gusta. “Al principio es un poco vergonzoso, nos ven de forma rara, pero tan pronto empiezas a correr, te olvidas del mundo y no te importa la gente alrededor. Y sólo disfrutas correr”, dice una de ellas con su hiyab.
Aunque en este país ya se permite a las mujeres participar en deportes, social y culturalmente aún hay muchas resistencias que les impiden practicarlo. Por eso Nesreen, quien dirige este grupo, las alienta a superar las barreras mentales, culturales y religiosas. “Me encantaría que cada vez más mujeres Saudíes usen las oportunidades que se les dan y que estén preparadas. Todo es posible para ellas, sólo necesitan esfuerzo, no rendirse y sepan que son capaces”.
Lamentablemente, en el mundo musulmán estas historias, donde las mujeres ganan terreno, aún son excepcionales. La presión de organismos como el Comité Olímpico Internacional ha hecho que en algunos países se permita ya la participación de mujeres en los Olímpicos, la realidad es que aún hay muchas disciplinas que les son restringidas por la vestimenta o por no poder entrenar en lugares públicos.
En México se aprobó en el Congreso una Ley de Paridad de Género que obliga a que todos los cargos públicos, en los tres niveles de gobierno y organismos autónomos, sean ocupados también por mujeres. Eso que aquí parece un avance importante y que aún debe materializarse, en muchos países y para muchas mujeres aún es un sueño. Si no pueden correr con libertad o practicar algún deporte, pensar en ocupar un cargo público aún es imposible.
ROSSANA AYALA
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