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sábado, octubre 12, 2024

El calentamiento es bueno

No, no se alarme querida lectora o lector, que no le estoy echando porras al calentamiento global ni sugiero que tal proceso de deterioro de nuestro medio ambiente y del clima en nuestro planeta sea algo positivo. Me refiero a otro tipo de “calentamiento”, el que tiene que ver justo con la acción de calentar los músculos y las articulaciones del cuerpo antes de comenzar una rutina de ejercicio o de acondicionamiento físico.

Lamentablemente nos hemos acostumbrado a escuchar esta palabra como algo negativo, que nos provoca miedo, angustia y nos remite a un proceso irreversible del que tanto nos advirtieron y alertaron, pero que, tristemente, en nuestra soberbia, apatía y falta de empatía con el planeta, no quisimos escuchar ni entender y que hoy que está en marcha y comienza a hacernos sentir sus efectos a través del aumento de las temperaturas, los fenómenos meteorológicos extremos, sequías, lluvias intensas, inundaciones, oleadas de frío o calor intenso y la aparición de enfermedades, plagas y anomalías ambientales relacionadas con el calentamiento global.

Pero hoy no quiero hablar de eso, sino del calentamiento bueno, el que tiene que ver con ayudar a nuestro cuerpo, a nuestros músculos y articulaciones, a prepararse bien antes de comenzar a exigirles un rendimiento extraordinario cuando corremos o hacemos ejercicio. Muchos corredores ignoran la importancia de realizar una buena entrada en calor o es algo que a veces parece tedioso y aburrido, pero que cuando se omite puede generar no sólo lesiones musculares, sino también provocarnos un déficit de oxígeno y cansancio cuando le exigimos a nuestro cuerpo de golpe y sin haberle avisado ni preparado para dar el máximo.

Y es que ¿a quién no le ha pasado que cuando sales a entrenar, los primeros minutos y metros son una verdadera tortura? Sentimos que nos falta el aire y que las piernas son como dos troncos que apenas y podemos levantar. Esto pasa porque nuestros músculos para poder generar energía necesitan oxígeno, el cual no está guardado como reserva, más bien son nuestros músculos los que demandan el oxígeno al organismo, según lo van necesitando.

Si nuestros músculos están en reposo con una demanda baja de oxígeno y de pronto les exigimos y los ponemos a trabajar duro, van necesitar mayor cantidad oxígeno que no tienen y que además el organismo va a tardar unos minutos en suministrar. Es justo en esos minutos cuando sentimos que nos ahogamos y pensamos que esto de correr no es bueno.

La buena noticia es que este déficit de oxígeno y sus síntomas se pueden evitar en gran medida con una buena entrada en calor. El propósito es que los músculos vayan alertando al cerebro, a los pulmones, al torrente sanguíneo y al corazón para que transporten el oxígeno que se está pidiendo. Digamos que la entrada en calor sería como un pedido por anticipado del oxígeno que vamos a necesitar.

La otra función y la más conocida del calentamiento es la preparación de los músculos y los tendones. Un tejido caliente es mucho más flexible, más elástico que uno frío, de esta manera es menos propenso a lesiones como desgarros, problemas en el tendón de Aquiles o lesiones musculares. El calentamiento no tiene nada qué ver con el clima, se hace entrada en calor siempre, haga frío o calor.

En mi caso, antes de cualquier entrenamiento dedico siempre 10 minutos a calentar con un trote suave y con aceleraciones progresivas en los últimos metros. Es muy importante que la rutina que hagas para calentar siempre debe empezar muy suave e ir aumentando poco a poco el ritmo y la exigencia. Además mientras más exigente sea el entrenamiento, más tiempo deberás dedicarle al calentamiento. Como siempre recomiendo asesorarse con un profesional para llevar al máximo el rendimiento deportivo.

POR ROSSANA AYALA
AYALA.ROSS@GMAIL.COM
@AYALAROSS1

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