En uno de los diálogos más famosos de la película Forrest Gump, filme de 1994, dirigido por Robert Zemeckis, Forrest se presenta con una enfermera en la parada de autobús y le comenta: “Mamá decía siempre que, por los zapatos de una persona, se saben muchas cosas: a dónde va, qué hace, dónde ha estado. Yo he tenido muchos zapatos… Mamá decía que me llevarían a cualquier lado, decía que eran mis zapatos mágicos…”. Cuando Forrest pronuncia estas palabras, sus tenis Nike Cortez, obsequio de Jenny, están cubiertos de lodo, mientras que el calzado de la chica, luce impecable.
Después, Forrest decide emprender su gran carrera por Estados Unidos con sus Cortez, e inmortaliza el modelo creado por el legendario Bill Bowerman, a principios de los años 70. Durante su hazaña, cientos de personas siguen a Forrest, y se unen a una causa que creen revolucionaria, aunque la verdadera motivación de este personaje no es otra más que el deseo de “salir a correr un rato”.
Y es que sí algo hay de cierto en lo que dice la madre de Forrest. Un corredor reconoce a otro corredor por el tipo de tenis que usa. Alguna vez escuché la anécdota de un atleta que, durante su vuelo a Nueva York para correr el maratón, se enamoró a primera vista de una joven que también viajaba, pero por sus tenis intuyó que se trataba de una corredora. Hoy, son una pareja felizmente casados.
En el mundo de los atletas profesionales, las historias sobre el calzado son poco menos que románticas. Los tenis utilizados por los recientes plusmarquistas han provocado comentarios y cuestionamientos en la comunidad de corredores, sobre la legitimidad de los récords alcanzados. Los modelos de Nike y Adidas con los que Kelvin Kiptum rompió el récord mundial en el Maratón de Chicago (2:00’35”), y de Tigist Assefa (2:11’53’’) en Berlín, incluyen innovaciones y avances tecnológicos, que hace muy poco no existían y que, incluso, no se sabe a ciencia cierta en qué consisten, porque no se han dado a conocer públicamente.
La mayoría de los expertos, en el tema del running, hablan de la urgencia para que la World Athletics establezca nuevas reglas, y una reclasificación de récords a partir del empleo de la fibra de carbono. El uso y popularidad de la placa comenzó en 2016, cuando los corredores elite de Nike empezaron a competir con prototipos de las que serían las Vaporfly 4%. Hoy, ya son nueve las marcas que ofrecen este tipo de tecnología y sería muy difícil, casi imposible, que prohibieran su uso o las retiren del mercado.
Los “zapatos mágicos”, como los llamó la madre de Forrest, llevaron a este personaje ficticio a conocer el mundo y lo transformaron, de alguien considerado un niño, a un ser extraordinario, pero en la realidad, no hay duda de que Assefa y Kiptum son atletas excepcionales, y no por el calzado “mágico”, o sus increíbles récords, sino por su fuerza, disciplina y las diferencias con las que superaron a los demás competidores. No perdamos el verdadero enfoque.
POR ROSSANA AYALA