El evento en el que ayer la Secretaría de Educación Pública presentó los nuevos planes de Estudio para la Educación Básica del país (prescolar, primaria y secundaria) fue un fiel reflejo del contenido de dichos planes: muchos discursos políticos, muchos conceptos ideológicos y oratoria, incluso futurismo político, pero al final muy poco se informó sobre el contenido real y concreto de los documentos con los que se pretende modificar la educación de los niños y adolescentes mexicanos.
En una escuela secundaria ubicada en la Normal Nacional en la Rivera de San Cosme, el acto educativo se volvió una pasarela política en la que Delfina Gómez, la secretaria saliente, aprovechó su discurso para dar un largo y tedioso informe de su breve gestión en la SEP, mientras que la secretaria entrante, Leticia Ramírez, se presentaba como la nueva titular y hasta la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, aprovechó para promover su imagen de presidenciable.
Lejos de presentar y explicar los nuevos contenidos, se dieron líneas generales y se anunció que a partir del 29 de octubre se aplicará “una prueba piloto” de los nuevos planes educativos en mil escuelas de toda la República, 30 por cada entidad federativa. Los únicos que explicaron algunas de las líneas generales de los nuevos planes fueron el investigador Ángel Díaz Barriga y Rosa María Torres, rectora de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). “Construimos una utopía para nuestro sistema educativo”, dijo Díaz Barriga, mientras la rectora sostenía: “No existe democracia sin ciudadanos formados en la comprensión de la realidad”.
Ante la falta de información detallada, presentamos en esta columna 10 puntos sobre los nuevos planes para la Educación Básica a partir de información que nos comparten investigadores y expertos en materia educativa que han analizado el documento oficial de la SEP: 1. El escrito que introduce el ‘Nuevo Modelo Educativo’ (NME) se titula: “Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 de la Educación Básica mexicana, y lo suscribe la Dirección General de Desarrollo Curricular de la SEP.
- Fue pensado y redactado por Marx Arriaga (Director General de Materiales Educativos y quien está a cargo de la producción de los libros de texto gratuitos en materia de historia) y por un pequeño grupo de egresados de la ENAH y de la UAM Xochimilco. Aunque el documento del NME se repartió ampliamente en formato electrónico, nunca fue consensuado con los profesores del SNTE ni de la CNTE. Tampoco con expertos de
la educación. Al respecto, están las críticas y análisis de Gilberto Guevara Niebla y otros.
- Si los desafíos y rezagos que en materia educativa tienen nuestros estudiantes de nivel básico, según la OCDE, son la lecto-escritura y el razonamiento matemático, el documento no señala nada para “emancipar y mejorar” las condiciones de aprendizaje de niños, niñas y jóvenes en esas disciplinas. Incluso las pocas ideas didácticas que se esbozan, implican una regresión a modelos espontáneos, de sentido común, sin justificación teórica. Se critica a Piaget y se pondera la “pedagogía del oprimido” de Paulo Freire.
- Predominan las líneas ideológicas frente a las propuestas didácticas. Se rechazan las competencias educativas y se desconocen funciones intelectuales como comprender correlacionar, comparar, sintetizar, etc., para colocar en su lugar las prácticas, usos y costumbres de la comunidad. De modo que, sobre el saber pedagógico, la práctica pedagógica y el papel del docente, no hay definiciones sino propuestas ideológicas.
- Un hilo conductor del NME es el anticolonialismo. Se sintetizaría así: todo lo europeo y todo lo extranjero es malo y perverso porque nos explota en lo individual y en lo nacional. En cambio, hay valores autóctonos, saberes y prácticas que dan “identidad nacional”.
- El reconocimiento de la pluralidad cultural se contrapone al papel central de la comunidad. Asimismo, se rechaza como fuente de todos los males el individualismo. Se trata de volver a la comunidad como razón de ser de la pureza nacional.
- Respecto del aprendizaje de la lengua, se habla de la “lengua materna”, no del español. Se quiere reivindicar a las lenguas indígenas. Está bien. El problema es que esas lenguas no tienen una escritura propia (salvo el maya), de manera que se requiere que utilizar el abecedario latino del español. Además, el predominio de la oralidad deja de lado la escritura y esta es indispensable para la formación en ortografía, sintaxis y semántica.
- Las ciencias formales requieren de un pensamiento abstracto (los números y sus operaciones básicas no son elementos de la experiencia empírica). El NME reivindica el papel de la experiencia directa como fuente de conocimiento del mundo. Es una visión reduccionista que empobrece funciones intelectuales más amplias, indispensables para el manejo de la información y su procesamiento. Significa un alejamiento de los procesos de producción cibernética.
- Señalan que la fuente del conocimiento es la “comunidad” y es ahí donde debe elaborarse la formación educativa. El problema es que, pese a las notas a pie de página, nunca logra el NME decir claramente qué entiende por “comunidad”.
- La garantía de la educación es el Estado, que «se erige como el responsable social, político y jurídico, que garantiza la igualdad de derechos y favorece la creación de espacios para diversas epistemologías y el diálogo de saberes». Es una formulación ambigua, pero parece más cercana a las propuestas del fascismo italiano que de las tesis de un Estado democrático, representativo y laico.