Por su arduo trabajo y su trayectoria atlética en ascenso, la guanajuatense Laura Galván es, sin duda, la máxima representante del atletismo olímpico de nuestro país en la actualidad. Al ser la primera atleta mexicana en correr los 5 mil metros por debajo de los 15 minutos, el jueves pasado en los Bislett Games, en Noruega, La Gacela se ha convertido también en la promesa que impulse y retome el atletismo de México en los Juegos Olímpicos.
El que las autoridades del deporte nacional la ignoren, no quiere decir que Laura sea una desconocida e improvisada: En mayo de 2021 rompió el récord de los 5 mil metros que tenía la atleta mexicana Adriana Fernández desde 2003; en julio, también del año pasado, rompió de nuevo esa marca y el jueves pasado, en Noruega, corrió la misma distancia con una marca de 14’51″15, que logró bajo una intensa lluvia y que la colocó en el top 20 mundial de los 5 mil metros.
Tampoco es ninguna novata: detrás de estas marcas hay un gran trabajo, Galván ganó la medalla de oro en los 5 mil metros de los Juegos Panamericanos de 2019 en Lima, Perú, y ha roto los récords mexicanos de mil 500 metros y de 3 mil metros bajo techo y representará a México en los Campeonatos Mundiales de Atletismo el próximo mes de julio en Oregón.
Y todo sin el apoyo de la Conade y con apenas la ayuda de la Federación Mexicana de Asociaciones de Atletismo y del Gobierno de Guanajuato, entrenando en un campo no mayor a los 300 metros de extensión, ubicado en La Sauceda, una comunidad marginada del municipio de Guanajuato, sin las condiciones que una atleta de alto rendimiento, como ella, necesita para llegar a unos Juegos Olímpicos.
En La Sauceda, La Gacela, como le llaman cariñosamente por sus récords obtenidos, Laura se ha convertido en heroína y en un ejemplo de superación para los jóvenes de la comunidad, en donde debido a la violencia que prevalece y a la indiferencia de las autoridades, están constantemente expuestos a caer en las drogas y la delincuencia.
Laura, La Gacela merece ser notada, apoyada y aplaudida. Porque ella y su espíritu de lucha y de superación, su tenacidad por vencer la adversidad y superar a su entorno de carencias y violencia, nos confirma que aún queda esperanza para este país dolido, roto y violentado.
Y que esa esperanza no está en las autoridades ni gobiernos indolentes, incapaces y cómplices, sino en los mexicanos, en los jóvenes que como Laura no se resignan a su destino, sino que quieren escribirlo ellos mismos a base de lucha, trabajo y corazón. Resiste Laura, porque contigo resiste México.
POR ROSSANA AYALA
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