Justo cuando el debate sobre la reforma electoral de López Obrador entra en su punto más álgido, y cuando desde la sociedad civil y desde distintos sectores toma forma una estrategia para su defensa y para evitar su desmantelamiento y sometimiento, el INE incurrió ayer en un tremendo autogol al hacerse pública una encuesta interna, ordenada por su Consejo General, sobre la citada reforma constitucional y en la que las respuestas de los encuestados apoyan hasta en un 78% la elección de consejeros por voto directo, un 52% apoya la desaparición del actual órgano electoral para crear el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas, mientras que un 93% dice apoyar en general la reforma de López Obrador.
La encuesta que se dio a conocer desde el pasado 13 de octubre a los consejeros del INE, también arroja que 87% de los encuestados apoya la reducción de los diputados y senadores plurinominales, 74% está de acuerdo en reducir los gastos del INE, sobre todo en cuanto a sueldos de los consejeros; 53% respalda la idea de desaparecer a los organismos electorales y tribunales locales, y un 68% estaría de acuerdo en que se utilicen las urnas electronicas en las votaciones mexicanas.
La polémica se armó ayer en redes y en los medios, luego de que el representante de Morena ante el INE, Mario Llergo, publicara los resultados de la encuesta que le fue entregada por el propio instituto. Desde cuentas de redes sociales ligadas al oficialismo, entre ellas la del dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, se difundió la información de esta encuesta y se acusó al instituto electoral de haber pretendido “ocultar” dicho sondeo porque no favorecía a su posicionamiento en contra de la reforma electoral lopezobradorista que se debate actualmente en la Cámara de Diputados.
“Al INE le salió el tiro por la culata y en su propia encuesta el pueblo aprueba la iniciativa de reforma electoral propuesta por nuestro presidente”, escribió el dirigente morenista en su cuenta de Twitter. Otros dirigentes, analistas y bots afines a la 4T secundaron las críticas al instituto, mientras la noticia de la encuesta se difundía en medios, portales y periódicos.
Fue tal la fuerza que tomó el tema, que tuvo que salir anoche Lorenzo Córdova a explicar cómo y por qué se realizó la encuesta. “Una encuesta mandada hacer por el INE hace dos meses mostró, entre muchos otros temas, la percepción de la ciudadanía respecto a la reforma electoral. En ese momento solo un 27 por ciento conocía el contenido de las iniciativas que se discuten en el Congreso”, dijo el consejero presidente y para tratar de matizar la percepción de que el instituto se había dado “un balazo en el pie”, argumentó que la opinión de la gente pudo haber cambiado dos meses después con el debate y la información que ahora hay sobre la reforma política.
Córdova Vianello afirmó que es común que el INE ordene y levante este tipo de encuestas internas, “por lo menos dos veces por año” y dijo que sus resultados siempre se publican en el Portal de Transparencia del organismo; pero el representante morenista ante el Consejo General, acusaba que los resultados del sondeo no fueron difundidos por los consejeros. “¿Saben por qué no quisieron publicar estos datos? ¿Saben por qué Lorenzo no hizo un video para dar a conocer estos datos? Porque la mayoría del pueblo respalda la propuesta del Presidente, porque se les viene abajo la falsa narrativa y el discurso golpista en contra de nuestro movimiento”, dijo en un video Mario Llergo.
Está claro que el tema de fondo en todo este asunto no es si las propuestas del presidente López Obrador para reformar a los órganos electorales, disminuir su costo y reducir el financiamiento público a los partidos y el sistema electoral y democrático, son o no populares. A cualquier mexicano que le pregunten en la calle si quiere que le quiten dinero a los partidos políticos (tan repudiados, elitistas y poco representativos) sin duda dirá que sí, y si le cuestionan sobre si quiere votar para elegir consejeros, también dirá mayoritariamente que sí o si prefiere que haya menos diputados plurinominales. No hay duda de que todo eso es popular y que la gente apoya cualquier cosa que signifique reducir presupuesto a organismos públicos.
El problema es precisamente ese, que la reforma de López Obrador, se rodeó de muchos “dulces” y propuestas “populares o populacheras”, que endulzan y pretenden hacer pasar, como algo “positivo y necesario”, la medicina envenenada que se esconde al fondo de lo popularmente aceptado: desaparecer al INE, porque no puede controlarlo, ni someterlo en su autonomía, y por lo tanto no puede controlar los procesos electorales. Y mientras no pueda hacer eso, no tiene garantías de que su movimiento político y su partido puedan eternizarse en el poder y repetir el modelo del viejo PRI de gobernar, dominar y controlar este país –desde su presupuesto, su ideología y, por supuesto, sus votaciones— al menos por varias décadas.
Si en vez de preguntarle a la gente, o al “pueblo”, si quiere un INE que cueste menos, que le bajen el sueldo a los consejeros electorales, que a los partidos les den menos recursos públicos o que si quiere votar para elegir consejeros, a lo que sin pensarlo mucho la mayoría diría que sí; le preguntaran si quiere que el gobierno vuelva a organizar y controlar las elecciones en este país, si desea que un mismo partido nos vuelva a gobernar por 75 años y no haya alternancia democrática, y que volvamos a la cultura del fraude y el partido de estado, es muy seguro también que la inmensa mayoría diría que no.
Así que no nos engañemos ni nos enganchemos con discusiones sobre propuestas populares o impopulares. Es cierto que el INE se equivocó en tratar de esconder una encuesta interna y que terminó dándole a sus críticos y detractores una “mina de oro” para tratar de justificar la embestida y el intento de desmantelamiento en su contra; pero también es cierto que las verdaderas intenciones perversas de López Obrador no son mejorar la democracia, sino al contrario, someterla, controlarla y tener un órgano electoral a modo y que le ayude a convertir su falaz e inexistente “Cuarta Transformación” en el nuevo sistema político dominante, absoluto y dictatorial, que se entronice en el poder por más de 70 años, como antes lo hizo el partido en el que él nació y se formó políticamente…. Giran los dados. Escalera doble.