En las condiciones en las que va la delegación mexicana que nos representará en Tokio 2020, con sus 140 atletas (84 varoniles, 56 femeniles), todos con grandes sueños y esperanzas, no será nada fácil para ellos alcanzar la meta y regresar a casa con medallas y récords que superen el promedio histórico del olimpismo mexicano.
No porque les falte talento, capacidad o hambre de triunfo; todo eso lo llevan las y los jóvenes deportistas que nos representarán dignamente en la justa olímpica. Pero la falta de apoyos, el no haber entrenado de manera normal, debido a la pandemia, y hasta las grillas y problemas entre las Federaciones y hasta la Conade, a cargo de Ana Gabriela Guevara, que se ha visto envuelta en acusaciones y denuncias de corrupción, además de la desaparición del Fondo de Apoyo al Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) ordenado por el Presidente y aprobado por el Congreso, serán parte del hándicap en contra que llevan a Tokio nuestros deportistas.
Por lo demás, no es nada nuevo para el deporte mexicano que entre fallas estructurales, caciquismos y corrupción en las federaciones y en las instituciones de gobierno, y la ya sabida escasez de apoyos económicos y dificultades que enfrentan quienes deciden hacer del deporte su profesión en México, ha tenido que bregar por décadas y, aún con ese panorama tan difícil, ha logrado abrirse paso y hemos tenido historias de éxito, monarcas y campeonatos que dependen más del coraje, la disciplina y el esfuerzo individual, que de un política pública o un sistema deportivo nacional que realmente fomente la producción de campeones olímpicos.
En maratón, la terna olímpica está conformada por Andrea Soraya Ramírez Limón, Úrsula Patricia Sánchez García y Daniela Torres Huerta, mientras la varonil la forman Juan Joel Pacheco Orozco, José Luis Santana Marín y Jesús Arturo Esparza Pérez. Sin embargo, una medalla olímpica en los 42.195 kilómetros está más lejos que nunca; en primer lugar, la presencia del keniata Eliud Kipchoge, actual campeón olímpico y poseedor del récord del mundo, hará que toda la competencia y los competidores giren en torno a su paso y a su estrategia, además las marcas de los atletas africanos, japoneses y estadounidenses están por debajo de los seis minutos, en promedio, de los corredores mexicanos.
Siempre para estas fechas, a unas semanas de la justa olímpica, se tienen pronósticos de medallas para México, pero en esta ocasión nadie se ha atrevido a hacerlos porque la presencia de seleccionados nacionales en las ceremonias de premiación olímpica es incierta, y podría ser hasta desierta, entonces ¿habrá algún milagro mexicano? Es improbable, aunque hay esperanzas, como siempre, en tiro con arco femenil y en clavados… recemos porque así sea, no queda de otra.
POR ROSSANA AYALA
AYALA.ROSS@GMAIL.COM
@AYALAROSS1